ES HORA DE BAJAR EL IVA E
INCENTIVAR EL CONSUMO.
SOBRECARGARLO DE COSTES ES MATAR LA RECUPERACIÓN
SOBRECARGARLO DE COSTES ES MATAR LA RECUPERACIÓN
El IVA es el
principal impuesto indirecto en España. Los impuestos indirectos gravan la
demostración de riqueza. Esto quiere decir que, en este impuesto, el Estado no
recauda en base a los ingresos (como el IRPF o el IS) o en base al patrimonio,
sino que el hecho imponible ocurre
al adquirir algún bien o servicio, al
consumir. Los que deben soportar el impuesto son los consumidores finales,
aunque las encargadas de su liquidación serán las empresas que ejercen de
intermediarias en el proceso.
El IVA tiene tres
tipos: el tipo normal, el reducido, y el superreducido. Los dos últimos sólo se pueden
aplicar a determinados bienes y prestaciones de servicios, pero el Gobierno
tiene una potestad amplia a la hora de fijar la cuota de cada tipo. La Unión Europea pone unos mínimos del 15%
para el tipo normal y del 5% para el tipo reducido, siendo el tipo
superreducido una especialidad de España.
El tipo general
del IVA ha subido de manera constante desde su introducción en España en 1986. Comenzando en un 12%, en 2010
se produjo la primera subida en 14 años, pasando al 18%. En 2012 este
porcentaje volvió a aumentar hasta el 21%. Es decir, en un espacio de poco más
de dos años se aumentó el IVA en un 5% en su tipo general y un 2% en su tipo
reducido (hasta el 10%). Estas subidas fueron causadas por la caída de la
recaudación consecuencia de la crisis económica.
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Recaudación del IVA según la base de datos del Ministerio |
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Sobrecargar de costes el consumo es matar la recuperación |
¿Qué efecto tiene mantener tipos altos del
IVA? El IVA encarece los precios del consumo. Un bien o servicio sujeto al
régimen general ve aumentado su precio en un 21%. Esto tiene tres posibles
consecuencias: que los ciudadanos paguen más por consumir (disminuyendo su
renta disponible para otros bienes o servicios), que las empresas abaraten sus
productos para mantener el precio final para el consumidor (disminuyendo su
margen de beneficios y empeorando el resultado de la compañía), o una
combinación de ambas, en que la empresa no traslade toda la carga del IVA a los
ciudadanos, sólo una parte ella.
Una bajada del IVA
al 18% (nivel
que ya proporcionaba una amplia recaudación en consonancia con el PIB español) podría producir un efecto muy positivo
sobre el consumo, especialmente en un momento de incertidumbre con la
salida del Reino Unido de la Unión Europea. Es injustificable mantener una presión fiscal elevada cuando el país
está en plena recuperación. En estos momentos lo que el Gobierno debe hacer
es relajar la presión fiscal y fomentar la creación de riqueza, y para ello
debe fomentar el consumo. El incumplimiento del déficit no puede servir de
excusa para no rebajar el tipo, cuando el efecto de la
subida al 21% apenas ha supuesto un aumento de la recaudación.
La recuperación de un país comienza por las
empresas privadas, y para que estas funcionen es necesario que se consuman sus
bienes y servicios. Sobrecargar de
costes el consumo es matar la recuperación, y por ello el Gobierno debe
tener especial sensibilidad en este tema, fomentando el intercambio de bienes y
servicios sin poner trabas al consumo.
Gonzalo Aguilar
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