EL
ESCENARIO QUE SE PRESENTA PARA EL PRÓXIMO VIERNES 24 DE JUNIO,
UN DÍA DESPUÉS DEL REFERÉNDUM, ES CLAVE PARA EL DEVENIR DE LA UE
UN DÍA DESPUÉS DEL REFERÉNDUM, ES CLAVE PARA EL DEVENIR DE LA UE
Como todos sabemos ya, nos encontramos en una semana clave para el devenir de España
y de la propia Unión Europea. El domingo 26 de junio tendrán lugar las
elecciones generales, las cuales en cierta forma también vendrán influenciadas
por las que van a realizarse el día de mañana en Reino Unido sobre el
mantenimiento o la separación de la Unión Europea. El famoso
"Brexit".
Atendiendo
a los analistas políticos la relevancia del Brexit en nuestro panorama nacional
de cara al 26-J puede ser notoriamente profundo, ya que la incertidumbre que
generaría una salida de los británicos de la Unión se podría ver contrarrestada
con un voto más conservador el domingo.
Pero
dejando de un lado las consecuencias que este referéndum pueda tener en la
política o en la economía interna, esto se lo dejo a la Presidencia, al
Ministerio de Economía y al de Hacienda, y me gustaría centrarme en los motivos
y efectos para la propia Europa de este plebiscito.
Desde que se fundó
la Comunidad Económica Europea los pasos dirigidos a crear ese espacio de libertades,
que desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial tanto hemos añorado en
el viejo continente, se han llevado a cabo a una velocidad vertiginosa, lo que también ha supuesto que
se hayan cometido numerosos errores como los oídos en los últimos
tiempos.
Como
todas las instituciones públicas, en esta época de crisis la UE ha sido
duramente criticada, no solo por sus detractores, quienes han ganado fuerza en
los años recientes, sino también por aquellos que creen firmemente en el
proyecto de la Unión. Dichas críticas han
abarcado desde el alto
índice de burocratización de los organismos de la UE hasta
las prisas de estos por llevar a cabo adhesiones de terceros países de dudosa
conveniencia (véase el ejemplo de Turquía) pasando por las más que evidentes
carencias de unificación regulatoria entre los distintos países. Esta última, la gran asignatura
pendiente de la UE, sobre todo en materia de seguridad y antiterrorismo.
Reino Unido siempre ha tenido reticencias a participar plenamente en el proyecto europeo |
Es
conocido que Reino Unido siempre ha sido un caso especial dentro de la Unión
Europea debido a las reticencias de este a participar plenamente en el proyecto
europeo. Pero los verdaderos motivos que se esconden bajo esta conducta de
autoexclusión no son en absoluto las que se han estado argumentando a lo largo
de esta campaña por aquellos a favor del Brexit. Por su parte los líderes del UKIP, y en menor medida
algunos conservadores, han inundado la campaña de mensajes
de alto carácter xenófobo,
señalando a la inmigración como la causante de todos sus supuestos males. Pero
son varios analistas los que apuntan a que detrás de este rechazo hacia todo lo
externo se esconde una forma de ser de los propios ingleses, un pueblo muy
celoso de su autonomía e independencia que no quiere depender de las
directrices de una Bruselas corrupta e incompetente.
Algunos
de estos argumentos son claramente debatibles, por no decir que son lógicamente
entendibles. Otros no lo son tanto. Sin embargo, el verdadero motivo que
subyace bajo el euroescepticismo de Nigel Farage y a la constante actitud de
saboteo de David Cameron en las reuniones de la Cumbre de Líderes de la Unión,
a pesar de que ahora se manifieste claramente a favor de permanecer en la UE,
tiene su fundamento en lo que se conoce como la Milla Cuadrada (Square Mile),
la City. Este emblemático rincón, hogar
de numerosos bancos y entidades financieras, supone prácticamente el 10%
del PIB de Reino Unido, y Bruselas
lleva tiempo queriendo echarle el guante a la misma a través de diversas regulaciones y sobre todo a través del
llamado Pacto Fiscal. Con esto no pretendo darle o
quitarle la razón a uno de los bandos, ya que resulta comprensible que los ingleses,
de larga tradición bancaria, quieran proteger sus intereses, que por otra
parte, no tienen porque coincidir con los de su país.
Dicho
esto, el escenario que se presenta para
el próximo viernes 24 de junio, un día después del referéndum, es clave para el
devenir de la UE. Son numerosas las voces que señalan que la Unión Europea,
todavía con el miedo en el cuerpo, debe de echar el freno ante tanta
centralización descontrolada de competencias que han hecho enfadar a tantos.
Sin embargo, sería un error someternos
al chantaje emocional que el Brexit ha supuesto. El proyecto de la UE es un
proyecto innovador que busca, sobre la base del sistema del bien estar,
levantar las economías de la zona euro para que se pueda propiciar un libre
intercambio económico y humano entre los distintos estados. Y para ello se
debe llevar a cabo este proceso de unificación regulatoria que a unos tanto les
molesta, pero que es profundamente necesario para cumplir los objetivos antes
mencionados.
Luis Miguel Melián
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