UN CAMBIO EN LAS CARTERAS
MINISTERIALES PODRÍA AFECTAR
A LOS GRANDES PROYECTOS QUE ESTÁN EN MARCHA
A LOS GRANDES PROYECTOS QUE ESTÁN EN MARCHA
Mucho se está hablando últimamente sobre los efectos de la incertidumbre política y las consecuencias de la celebración de unas nuevas elecciones, previsiblemente, el próximo 26 de junio. El sector de la industria y la construcción no son ajenos a esta realidad.
El comienzo de la crisis que estamos dejando atrás viene íntimamente ligado al estallido de la burbuja inmobiliaria, cuyos motivos son variados y de distinta índole pero que no nos conciernen en este momento (aumento exagerado del valor de la vivienda, política monetaria poco centrada en amortiguar la inflación de determinados activos, concesión no controlada de créditos e hipotecas, la desincentivación del ahorro con tipos reales negativos, etc.).
Fuente: Sociedad de tasación |
De forma semejante, un buen
reflejo de la mejora del mercado laboral
podría ser la disminución de la dependencia del sector servicios en términos de
ocupación laboral. Este sector, que según datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE) ocupa aproximadamente al 75% de la población activa, casi 14
millones de españoles (2015 T4), ha crecido desde un 66,5% (2008 T1) hasta un
76,2% (2015 T4) apoyado sobre todo por la bajada del sector industrial y de la
construcción. El problema aparece cuando la alta tasa de temporalidad y la
estacionalidad propias del sector servicios favorecen una inestabilidad en el
mercado laboral si la dependencia de éste es alta.
Sin embargo, desde el año 2014
hasta el tercer trimestre de 2015 los sectores
de industria y construcción crearon cerca de 400.000 puestos de trabajo
(fuente INE), lo que hacía pensar que se estaba cerrando una época de crisis en
este ámbito. El aumento en la contratación debido principalmente a la inversión
en obras y proyectos (tanto públicos como privados) generó cierta confianza en
un sector que había sufrido más que el resto los estragos de la crisis. Datos del Ministerio de Fomento muestran que el número de visados solicitados para
construir nuevas viviendas se disparó un 42,5% durante 2015, que pese a ser el
mejor desde 2010 se encuentra todavía lejos de los 865.561 registrados en 2006.
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A pesar de este crecimiento
esperanzador la caída de la inversión en obras públicas (respecto a épocas
previas a la crisis) y la estrategia de internacionalización de los grupos
principales (ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr), han derivado en que el
mercado nacional represente solamente el 11% del total de sus proyectos con un
valor de 9.747 millones de € al cierre de 2015, con un descenso del 17%
respecto al año anterior.
En un horizonte próximo el sector de la construcción será uno de los que
más sufra la incertidumbre política, ya que un gobierno en funciones no puede
impulsar un aumento de gastos ni créditos extraordinarios, a lo que habría que
añadir que un cambio en las carteras ministeriales podría afectar a grandes
proyectos que están en marcha. La fuerte dependencia del ámbito de las infraestructuras
respecto al Gobierno Central supone, en
estos momentos, una gran desventaja en relación a otros mercados menos
afectados.
Todo esto debería resolverse a
partir del ya mencionado 26 de Junio, pero … ¿y entre tanto qué?
Juan Abascal Alonso
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