El Ala Oeste de la Moncloa

jueves, 2 de marzo de 2017

¡Arranca El Ala Oeste de la Moncloa 2.0!

¡Hola a todos! Os escribimos para anunciaros la salida de la nueva web de El Ala Oeste de la Moncloa. A partir de ahora abandonamos nuestro querido blog que ha presenciado nuestros primeros 100 artículos para dar paso a la web que será a partir de ahora nuestra casa:


Te animamos a que sigas allí nuestra actividad, disfrutando de nuestro contenido y avanzando junto a nosotros en este camino de futuro hacia una España mejor.


¡Muchas gracias por tu apoyo!

miércoles, 1 de marzo de 2017

A cada uno lo suyo

DEJEMOS DE CREAR SOLUCIONES DE ECONOMÍA
CREATIVA Y MIREMOS CON 
ATENCIÓN A LOS PAÍSES
DONDE LA EMPRESA AGRARIA ES RENTABLE Y LUCRATIVA

Hace poco me han hecho saber que este es el artículo número 100 de AOM, así que daré lo mejor de mí habiéndome tocado dicho honor. Como algunos sabréis, me encuentro en EEUU estudiando, y evidentemente como la ganadería y la agricultura es a lo que me dedico, por interés personal y absoluto, no he podido evitar fijarme en la vida de las personas que se trabajan en ello en la zona donde me encuentro (Fort Collins, Colorado). No es complicado encontrar a personas que se dedican o se han dedicado a algo relacionado con este campo, y en la universidad es francamente sencillo enterarse de cómo viven los agricultores de por aquí. Y cómo no, es un tema que he considerado muy oportuno.

Es un hecho que hoy en día vivir de la ganadería de vacuno (por elegir entre todos las partes del sector agrario como algo representativo y más fácil de explicar) es algo muy complicado en España y sin duda poco lucrativo. Quiero poner el ejemplo de un conocido mío que lleva más de 50 años dedicándose al campo: hace un tiempo era dueño de una pequeña ganadería de 120 reses de ganado para la industria láctea, la cual durante muchísimos años le proporcionó unos ingresos más que suficientes, algo que cambió radicalmente en los últimos. Al encontrarse en esta situación recurrió al consejo del Ministerio de agricultura, quien respondió con una carta indicando que lo mejor para él sería vender la totalidad de las reses de cara a evitar pérdidas económicas. Otro caso es el de otro señor en cuya explotación todo iba “correctamente” salvo las vacas. Aquí eran 47 vacas de raza charoláis las cuales le reportaban un beneficio total de nada más y nada menos que 7.000€ al año. Me preguntaba qué podía hacer para mejorar esa cifra, a lo que evidentemente no pude responder porque no hay modo.

Dicho esto, ¿cómo es posible que el consejo de un ministerio sea que vendas tu negocio? ¿Quién va a trabajar el campo con beneficios absurdos? La conclusión a sacar es que para tener un beneficio normal (que no grande) hay que tener una ganadería/cultivo/huerta…etc muy grande, algo que no resulta ser sencillo pues se necesita mucho dinero.



Para el problema que planteo existe un contraataque fácil y evidente que muchos ‘entendidos’ utilizarían:
  • “Bienvenido al mundo de las subvenciones, así tendrá usted un sueldo normal para vivir en paz con su ruinosa ganadería”.

Mi respuesta seguiría:
  • “Muy bien, entonces mejor vivamos en un mundo en el que todo es para todos y en el que se establecen unos precios para que nada sea caro en el mercado final a costa de que de la destrucción del libre mercado. Sin embargo, no se nos podrá olvidar que no nada ocurrirá si producimos más que menos porque siempre contaremos con la misma remuneración de nuestro querido estado obteniendo todos la felicidad eterna… a no ser que haya crisis, donde bajará la paga: un Brexit inesperado, falta de liquidez Comunitaria, o el final de la PAC. (Primer día de clase de Comunismo para Dummies, bienvenido a Corea del Norte 2017)”.

Mi punto a solucionar aquí, no sería subir precios ni bajar subvenciones, si no dejar de crear soluciones de economía creativas y fijarnos más en países donde la empresa agraria es rentable y lucrativa. Como bien he empezado el artículo, y aunque se diga que las comparaciones son odiosas cuando uno no sale favorecido, en mi contraste los ganaderos y agricultores de España ganan el salario más bajo de todos los empleos: una media de alrededor de 7.500 euros al año, mientras que los ganaderos de aquí (Colorado y Texas) ganan una media de entre 70.000 a 80.000 USD.

Mi objetivo no es sonar tremendista ni animar a nadie a que se fugue a vivir a EEUU porque los ganaderos cobren más que cualquier sueldo medio de España, si no que se plantee una solución realista ante un problema como el de la calidad de vida de las personas que nos llevan la comida a la nevera. ¿Cómo es posible que una persona tenga que vender su ganadería de 120 reses (nada más y nada menos) porque no es rentable, mientras que en EEUU el 75% de la leche que se consume proviene de pequeñas ganaderías (menos de 100 cabezas)? Es evidente que hay algo que estamos haciendo mal. Quizá deberíamos dejar de pensar tanto en el colectivo de la Unión Europea en estos menesteres y defender más la figura del individuo, pues si en nuestro país nadie quiere ser agricultor por su poca rentabilidad, nos veremos obligados a comprar al extranjero donde nos cobrarán lo que realmente vale.

Leopoldo Rodriguez-Jurado

lunes, 27 de febrero de 2017

La discriminación positiva

UNA SOLUCIÓN DEL SIGLO XX O UN PROBLEMA DEL SIGLO XXI

A diferencia de artículos que vienen a hacer una crítica constructiva o destructiva, este artículo es una reflexión un poco inconcluyente sobre la fina línea entre la diferenciación y la discriminación. He intentado plantear el asunto de la manera más objetiva, sin intención de ofender a nadie. Pido disculpas de antemano a la Presidenta Cifuentes por poner su ejemplo, siendo una práctica común en occidente, pero todo se entiende mejor con un caso real.

El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere, intus (“entre”) y legere (“escoger”). Saber escoger podría ser una forma adecuada de definir la inteligencia. Para saber escoger hace falta saber analizar, asociar y relacionar.

Por lo tanto, parece natural e inteligente que cuando se detecta una necesidad en la sociedad se analicen las circunstancias que la causan y el colectivo que sufre dicha situación. La vida lleva nombre y apellidos, poner nombres y apellidos no es discriminar, discriminar es actuar de forma diferente en función de ese nombre y esos apellidos.

Existen dos motivos por los que trato este tema, el primero es porque la discriminación positiva es uno de los factores que ha motivado el auge de los radicalismos en el mundo occidental. El otro motivo, casi accidental, se debe a una noticia sobre las medidas de integración para la población gitana que esta aplicando Comunidad de Madrid, Plan de inclusión social de la población gitana de la Comunidad de Madrid 2017 – 2021.

Alfred Dehodencq: Un baile de gitanos en los jardines del Alcázar, delante del pabellón de Carlos V.
No quiero ir al debate sobre si después de 5 siglos existe alguna responsabilidad por parte de los madrileños sobre la integración de dicho colectivo, también madrileños, sería un debate complejo debido a la larga duración de esta circunstancia. Pero me veo obligado a analizar la siguiente frase de la Presidente Cristina Cifuentes: “Podemos afirmar que es un Plan elaborado con esta población, con sus asociaciones, con su voz y sus ideas. Una propuesta de trabajo realizada con las personas gitanas, para las personas gitanas.”

No siento ningún rechazo por ningún colectivo debido a su origen, estoy convencido de que la Sr. Cifuentes tampoco. Pero la realidad es que tras esas declaraciones los madrileños no son un colectivo igual, si no que ante el Estado hay nombres y apellidos.

La discriminación positiva conlleva siempre un revanchismo de discriminación negativa, si la Administración no es capaz de definir las ayudas de manera genérica, sin nombres y apellidos, cabe plantearse si es porque existe una población con necesidades similares a la cual no se quiere ayudar, o si bien es que la discriminación resulta necesaria para alcanzar determinados objetivos sociales.

Estoy seguro de que no hay una intención xenófoba de ningún tipo en el Plan de inclusión social de la población gitana, se deberá a una estrategia electoral o bien se querrá contentar a una serie de asociaciones en concreto.

Igual que este ejemplo hay muchos otros, considero que la lucha contra la discriminación debe ser liderada por el Estado, debe predicar con el ejemplo. Si el Estado no es capaz de evitar realizar actuaciones discriminatorias, ¿con qué autoridad ética puede exigir a la población que no realice discriminación alguna?

Jorge Gancedo

viernes, 24 de febrero de 2017

¿Igualdad real o legal?

OTRO AÑO MÁS, EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
TRABAJADORA LLEGA ACOMPAÑADO DE DESIGUALDADES
LABORALES QUE AÚN NO HEMOS LOGRADO ERRADICAR

Tras el último informe de UGT publicado el pasado lunes hemos podido conocer un dato que quizás no nos sorprenda demasiado: la brecha salarial se encuentra ahora en un 23,25%. No pretendo hoy cuestionar la precisión de esta cifra; creo que lo verdaderamente relevante no es que sea un 10 o un 20% sino más bien que en el año 2017, en pleno siglo XXI, nos encontremos en esta situación de injusticia y desigualdad cuyo origen se encuentra únicamente en motivos de género.

Cuando pensamos en las mujeres de los años 20, reivindicando la igualdad jurídica, da la sensación de que hablamos de algo que ocurrió hace siglos, de situaciones que hoy están absolutamente erradicadas. Nada más lejos de la realidad: la sociedad que muchas veces es denominada como la más tolerante, la más evolucionada y la más justa de la historia no es capaz siquiera de conseguir algo tan básico como que un hombre y una mujer, haciendo un mismo trabajo, ganen lo mismo. Suena a tópico pero no podemos dejar de denunciarlo hasta que no se ataje la situación; hasta que la cifra sea cero.

Lola, con dieciocho años, comienza su andadura en la universidad, donde estudia una carrera que es considerada “de hombres”. Pero no pasa nada; a ella le apasiona y ha cumplido con los requisitos para estar allí como todos los demás. Termina con un gran expediente y decide mandar solicitudes a distintas empresas; en general no tiene problemas para conseguir unas prácticas, un contrato temporal… Pero después de varios años la situación cambia. Lola oye hablar de una vacante para acceder a un puesto de dirección. Como todos, tiene que pasar por las distintas pruebas y llega hasta la final: la entrevista. Piensa que está casi todo hecho; muchos no han logrado alcanzar esa última fase y se han quedado por el camino. El momento crucial llega cuando, después de comentar que se casa en un par de meses, escucha esta pregunta: “Bueno, Lola, entonces, ¿entiendo que pretenderás tener hijos?”. Y Lola no sabe si los tendrá pronto o tarde, pero sí, pretende tenerlos. ¿Es eso un problema?

Con un poco de conciencia social y sentido común podemos caer en la cuenta de que no; precisamente deberíamos fomentarlo. Oímos hablar constantemente del negro futuro de las pensiones, de que deberemos retrasar la edad de jubilación, de la insostenibilidad del sistema. Y, ¿por qué? Porque el ratio cotizante-pensionista está actualmente en 2,3 trabajadores por jubilado y esto con tendencia a la baja. Evidentemente reducir la compleja situación del sistema de pensiones a los bajos niveles de natalidad es una simplificación ridícula pero desde luego por algo hay que empezar. Quizás sería mejor no poner datos personales en el CV, pero realmente es triste pensar que hemos de mentir para ser contratadas sólo por ser jóvenes y ser mujeres.

Marissa Mayer es CEO de Yahoo y madre de 3 hijos.
El mejor ejemplo de que es posible conciliar familia y trabajo.




Continuando con la historia de Lola, si al final consigue el trabajo, se encuentra con un nuevo problema: cobra menos que su compañero, en el mismo puesto y con los mismos años de experiencia. ¿Por qué? Porque es mujer; porque se da por hecho que va a faltar al trabajo, porque se asume que llevará ella al médico a los niños que pueda tener y que atenderá a sus padres, porque se entiende que se va a comprometer menos ya que la empresa nunca llegará a ser su prioridad. Tenemos que darnos cuenta de una cosa: muchas mujeres están tan comprometidas con su trabajo como los hombres y muchos hombres están tan comprometidos con su familia como las mujeres. Y decir lo contrario, en uno u otro sentido, es sexista.

Podría denunciar a la empresa pero sería un proceso duro que probablemente no mereciera la pena: el trabajo sería más desagradable y además las sanciones a las que tendría que hacer frente la compañía no serían lo suficientemente grandes como para que les compensase dejar de hacerlo. Podríamos aquí tomar ejemplo de las políticas medioambientales: las consecuencias de contaminar e incumplir las normativas son tan graves que a las empresas no les es rentable infringir el ordenamiento. Quizás deberíamos plantearnos esta cuestión para lograr la igualdad en el ámbito laboral.

Pasan los años y finalmente tiene su primer hijo; todos la felicitan pero la miran con el mismo recelo que aquel día en el que le hicieron la pregunta en la entrevista. Tocará intentar conciliar ambas cosas; no será fácil pero afortunadamente ella es capaz de manejarlo. Consigue resultados excelentes, como los que ya acostumbraba. Eso sí, si por algún motivo en su hogar se necesitase que alguno de los dos cónyuges redujera su jornada laboral, no habría duda de quién sería: ella. En los países nórdicos suele reducir su jornada aquel progenitor que cobre menos; aquí no suele plantearse ese conflicto ya que en la mayoría de los casos será la mujer la que tenga menor sueldo. Y así volvemos al círculo vicioso.

Por último, Lola oye hablar de las cuotas. Ella es muy consciente de que tampoco son del todo justas; igual que ella, con la misma aptitud que un hombre, no debe dejar de ser contratada por ser mujer, tampoco un hombre igual de apto para el puesto debe dejar de ser empleado por una imposición legal. Pero claro, no haría falta plantearse esta cuestión si la igualdad fuera real.

Quizás una situación como la de Lola no nos sorprenda; o quizás pensemos que esto ya no ocurre o es exagerado. En ambos casos remitámonos a los datos del informe; no son una invención, son una realidad. Es triste que a veces no nos sorprenda, porque ya hemos asumido y aceptado que las cosas son así. Cuánta necesidad hay de que las mujeres vuelvan a salir a la calle para reivindicar sus derechos. Pero en pleno siglo XXI esto no tiene sentido: ¿acaso han de demostrar que son igual de válidas? No hay ninguna duda de que lo son. Ojalá que el próximo día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, sea la última vez que tengamos que reivindicar los mismos derechos laborales para hombres y mujeres.

Sol Sepúlveda

miércoles, 22 de febrero de 2017

Pongamos un poco de orden

LOS ESTIBADORES COLOCAN LA CARGA EN EL BUQUE DEL GOBIERNO. EL MINISTERIO
LIDERADO POR IÑIGO DE LA SERNA SIGUE TRABAJANDO EN EL REAL DECRETO
ANUNCIADO EN LAS ÚLTIMAS FECHAS Y EXIGIDO DESDE BRUSELAS

Como ya sucediera en su día con los controladores aéreos, los sindicatos de estibadores han propuesto una huelga con el objetivo de presionar al Gobierno e intentar evitar el Real Decreto que ponga en jaque su situación actual. Después de unas primeras reuniones donde la tensión no ha fallado a su cita, Iñigo de la Serna ha decidido posponer una semana la redacción del Decreto, hecho que ha supuesto la cancelación de dicha huelga a la que estaban llamados 6.150 profesionales durante 3 días.

El dilema viene de una sentencia con fecha de 2014 del Tribunal de Justicia de la UE a través de la cual se pide que desaparezca el monopolio de este gremio. Desde el Gobierno defienden que han estado negociando con el sector durante dos años, y que todas las peticiones y propuestas de los estibadores han sido rechazadas por la Comisión Europea al entender que no cumplen con lo requerido en la sentencia.

Las empresas del sector no pueden contratar libremente a sus trabajadores, están obligadas a adquirir una participación en el capital de sociedades anónimas de gestión de estibadores portuarios (Sagep), siendo ellas las encargadas de facilitar la mano de obra necesaria según las condiciones fijadas en un acuerdo marco. Actuando entonces el Sagep como una bolsa de trabajadores con condiciones no negociables.

Al leer las noticias en algunos periódicos y foros, buscando información objetiva y comentarios subjetivos, aparecen apelativos como “sindicato fuerte”, “defensa de derechos”, “Gobierno antiobrero”. No quiero decir que las decisiones de los tribunales sean siempre las más justas, pero, a priori, parecen las más legales. Llamar entonces “sindicato fuerte” a un grupo que defiende a unos privilegiados, amparados por un monopolio que se extiende desde los años del franquismo, desoyendo las directrices de un tribunal europeo no creo que sea el mejor calificativo.  Además, a algún periodista se le olvida mencionar que el Gobierno prepara un decreto por imposición de la UE para cumplir leyes comunitarias de libre competencia, ya que, en caso contrario, la multa que le puede “caer” asciende a unos 134.000 euros diarios, que entiendo no van a pagar los propios sindicatos.

El gremio de los estibadores. Fuente: Bolsamanía
Me parece que es necesario que el libre mercado entre en algunos colectivos que todavía siguen con privilegios desproporcionados. Obviamente se oponen porque al liberalizar el sector, si las empresas estibadoras pudieran contratar libremente a sus empleados, supondría una rebaja salarial próxima al 60% (según distintas fuentes el salario medio asciende a 68.000 euros anuales). Según la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar la sentencia avalará los despidos generalizados, EREs que son conocidos perfectamente en otros sectores pero que rechazan en la estiba porque ellos mismos saben los privilegios con los que actualmente viven.

A esto hay que añadir, casos puntuales como el del Puerto de Algeciras, que tienen vetado el acceso de mujeres a los puestos de trabajo. “Se compra el silencio, los puestos se heredan de padres a hijos, hay enchufismo y tráfico de influencias”, aseguran desde la asociación de mujeres estibadoras. Según algunas fuentes el 50% de la plantilla mantiene un vínculo familiar.

La verdad que yo también me afiliaría a un sindicato cuyo mayor fin es cerrar, todavía más, el acceso a mi profesión, protegiendo mi puesto frente a la amenaza del libre mercado. No sorprende entonces que el nivel de afiliación de los trabajadores portuarios españoles sea próximo al 100% (el de los mineros asturianos alcanza el 98% frente al 20% de la media nacional).

Mejorar la competitividad” podría definirse como el lema que muchas empresas de nuestro país acogieron para superar la crisis. El gremio de los estibadores no debe ser menos. Lo que deseo es que el Gobierno termine con el monopolio y que la propia competencia decida las condiciones como se supone en un libre mercado.

Juan Abascal

lunes, 20 de febrero de 2017

Maldita ortografía

HAY QUE PRIORIZAR MÁS EL ESTUDIO DE LA ORTOGRAFÍA
Y LA 
GRAMÁTICA 
EN LAS ESCUELAS ESPAÑOLAS

Tildes, uves, bes… Tenga cuidado. La ortografía se ha cobrado miles de víctimas desde que el ser humano aprendió a escribir. No conocer la diferencia entre una ge y una jota puede ser peligroso. Recuerde no manipular una hache en casa, en la escuela, o sin la supervisión de un adulto: podría terminar en el hospital. Pero quédese tranquilo. La Policía Nacional ya ha tomado cartas en el asunto.

Se ha decidido que la prueba de ortografía en las oposiciones a este cuerpo no se evalúe. ¿Por qué? Por difícil. Y según parece, este examen ya no aparecerá en el futuro, en vista de la polémica y las quejas. No es para menos, oiga. El examen constaba de 100 palabras, y el aspirante tenía que decidir si estaban bien o mal escritas. Admito que me parece una salvajada, porque servidor considera el contexto un aspecto fundamental en cualquier ámbito de la vida, y una prueba de ortografía con palabras como “Colera” o “Revolver”, es ir con mala uva. La tilde diacrítica, esa asesina de masas.

No lo justifico, ojo.

Otro ejemplo. El 60% de los aspirantes a bombero en Burgos suspendió la prueba de ortografía. Y aquí sí había contexto: un dictado cuya temática se relaciona con la temática en cuestión. Nivel ESO, exigen. Y cayeron 38 de 62.

El Ministerio de Educación de AOM se posiciona del lado de la ortografía
¿Y ahora qué? ¿Hacemos la vista gorda, o no?

Con el WhatsApp, sí. De momento. Pero hasta ahí. Porque estos ojos han visto estudiantes de Periodismo quejarse de pruebas de ortografía. Hay profesores que dan un examen por suspenso con tan solo un fallo ortográfico. ¿Exagerado?

Para mí, no. Yo veo lógico que te exijan dominio de las letras en una profesión en la que te vas a hartar del verbo haber. Pero digo más: en el resto de carreras y profesiones deberían existir las mismas exigencias.

El Ministerio de Educación de AOM se posiciona del lado de la ortografía, porque entiende que esta situación es culpa de España, como país. Que un español no escriba bien su propio idioma es intolerable. Hay que priorizar más el estudio de la ortografía y la gramática en las escuelas españolas. Fomentar la lectura. Porque no solo es una cuestión particular de un puesto de trabajo: es una parte integral de nuestra cultura, es algo que nos define como españoles. El castellano está en nuestro ADN, y debemos cuidarlo.

Carlos Pérez

jueves, 16 de febrero de 2017

Gestación subrogada

¿INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA MUJER O DERECHO
DE PADRES Y FAMILIAS MONOPARENTALES?

Mucho se está hablando de la gestación subrogada (vulgarmente conocida como “vientres de alquiler”), y debo reconocerles que poco he aprendido sobre la misma durante la facultad (probablemente porque hasta el día de hoy es una práctica prohibida en nuestro país), pero con el objetivo de ser más precisos en nuestro análisis, intentaremos entender el concepto basándonos en la definición de la OMS: Gestante subrogada: mujer que lleva adelante un embarazo habiendo acordado que ella entregará el bebé a los padres previstos. Los gametos pueden originarse de los padres previstos y/o de terceros.

Desde el punto de vista de la Medicina, observo con cierto temor la “mercantilización” de un tema tan serio como es una gestación. Podría utilizar 50 artículos como éste exponiéndoles las numerosas complicaciones que pueden surgir de un embarazo: desprendimiento de placenta, placenta previa, polihidramnios, preeclampsia, diabetes gestacional... y un largo etcétera del que desgraciadamente muchos de los lectores han conocido por propia experiencia.

No es mi intención utilizar el miedo como argumento en contra, pero describir una gestación como un acuerdo entre dos partes (probablemente legal en un futuro) a cambio de una retribución económica es reducir lo que para mí es el milagro más importante de la vida a un simple intercambio de bienes.

Es cierto que la infertilidad adquiere una notable importancia en nuestro días debido a múltiples factores, entre los que se encuentran, la incorporación de la mujer en el mundo laboral, el cambio de mentalidad en nuestra sociedad, la crisis económica…, y es dicho argumento el que se utiliza con fuerza para hacer presión y cambiar las leyes, pero no puede esgrimirse para fomentar esta práctica, porque el fin no justifica los medios y un recién nacido NO es un derecho.

El fin no justifica los medios y un recién nacido NO es un derecho
Nunca podré explicar el dolor que supone a unos padres la incapacidad de traer una nueva vida al mundo, pero religión aparte, hay circunstancias en la vida que no podemos revertir, y cuyas consecuencias estamos padeciendo ya hoy día (si quieren otro día comentamos los resultados de las distintas técnicas de reproducción asistida).

No juzgaré jamás a nadie que haya realizado dicha práctica (sinceramente porque no sabría cómo actuar ante la desesperación y la impotencia que supone dichas situaciones), pero como sociedad no podemos dejarnos guiar por sentimientos, pues para mí la dignidad de una mujer y un recién nacido deben estar protegidas, y no podemos defender la instrumentalización del cuerpo de la mujer transformado en herramienta de producción.

No deberíamos cometer los mismos errores del pasado, convertir algo en legal no lo transforma automáticamente en algo éticamente correcto, ya que previsiblemente, todo apunta a que al final se legalizará.

Para finalizar me gustaría que reflexionarán sobre un dato, según los últimos números oficiales del Ministerio que data de 2012: Casi 35.000 menores se encontraban bajo tutela o guarda de las administraciones, en concreto, 29.754 tutelados y 4.143 en régimen de guarda. De ellos, más de 21.000 están en acogimiento familiar, pero alrededor de 14.000 aguardan en residencias la llegada de una familia, en muchos casos hasta los 18 años, y todo ello a pesar de la unanimidad existente acerca de la conveniencia de que estos niños y niñas crezcan en un entorno familiar”. No se olviden, todavía quedan esperando muchos niños que SÍ tienen derecho a un entorno familiar.

Miguel Ángel Rojas